martes

Flik y Flak, RRPP...

No podía ser de otra forma. Manecillas de un reloj, si, pero fluorescentes en la noche. ¿Para qué? Para dar la hora, pero sin luz del sol.

Y en una de las andanzas de los dos presentes, acabaron en un nuevo antro de recién estreno llamado "Anubis" (según segundero, el local con muchas "a"'s en el nombre....1 sola). Y como vimos que todo trabajo es poco, porque a Flak se le acabó el contrato, y Flik (un servidor) ni siquiera se lo ofrecieron, hecho relevante a la hora de desestimar el empleo, pues pusimos maquinaria encendida para encontrar unos euros extras en tiempos de recesión.

Por ello, Flak saca tajeta, Flik hace lo suyo, se plantan en la puerta del local decididos a petarlo y sobrepasar el aforo en busca de un precedente que sirva para quedarse con las RRPP del sitio...y lo consiguen. Paso 1 logrado.

Entramos, mucha gente, bastante gente (no muchos ni la suficiente) consumiendo, haciendo el baile del pollo en la misma baldosa, conversaciones entrecortadas por musica ambiental alta destinada al baile. Paso 2: hacer bailar a la gente. Por lo visto el señor DJ no está por la labor. Reto dificil, bailar "restregón" (reaggeton) mezclado de forma "cool" (rara no guay, no bailable) y hacer bailar a la masa. Flak y la nueva incorporación a la maquinaria de este reloj se suben a la plataforma desierta con ánimos de playboy a 20 duros y lo dan todo (todo, todo, todo...Flak con una pared es la reina de la fiesta). La gente se anima, sube a bailar, el DJ ve la oportunidad de poner música bailable. Paso 2 conseguido.

Entre paso y paso, copa y copa del dueño del lugar. Resultado: colocón etílico mezclado con entusiasmo y ánimos de quinceañeros. Igual a: mareos, émesis, y demás efectos de inicio de intoxicación etílica.

Solución: toca alarma y Flik y Flak tocan la alarma de retirada.

Moraleja: sin nosotros, la RRPP siguen siendo ineficaces.